María Lapiedra, con sus hijas, revela su gran drama: "Mi madre se fue y me abandonó"

“¡Son tan diferentes! La mayor, Martina, es una mujercita y es reservada como Mark. Carlota físicamente y de carácter se parece mucho a mí, es menos tímida”.

Para ella, Martina (4) y Carlota (2), las hijas que ha tenido junto a Mark Hamilton, su aún marido, son su mundo. “Siempre me sentí muy sola y sabía que tenía mucho amor que dar. Daría mi vida ahora mismo por cualquiera de las dos”, asegura

María va a firmar la custodia compartida: “Me da pánico. No me veo capaz de estar una semana sin las niñas. La primera noche sin ellas voy a llorar mucho”.

“Al principio pensé que iba a estar toda la vida con Mark solo porque a mis niñas no les pasara lo que me pasó a mí. Nunca vi felices a mis padres", confiesa

“Mi madre nos abandonó, dijo que se había enamorado de otro y se fue. Yo nunca abandonaría a mis hijas. Me di cuenta de que mi madre fue mala madre cuando las tuve a ellas”

Uno de los primeros recuerdos que tiene de su madre no puede ser más desgarrador y ya apuntaba la difícil relación que tuvo y sigue teniendo con ella: le decía que era más guapa que María. "Por eso empecé a tener muchos novios, buscaba el amor a través de los chicos”, reflexiona.

María revela que apenas tiene contacto con su hermano, su padre apenas le pregunta por sus nietas y sobre su madre asegura que "hacía cinco años que no la veía".

Lapiedra no descarta tener otro hijo: “Tengo tanto amor para dar que no me importaría".

Siempre que necesita desconectar del mundo, la nueva colaboradora televisiva se refugia en la casa que alquilan ella y Mark en Bellver de la Cerdanya. Se trata de una residencia que se alquila por temporadas de invierno por 1.600 euros al mes en la que María también se veía con Gustavo González.