Sigue siendo la misma de siempre. Ni el tiempo ni los sinsabores de la vida, como la enfermedad contra la que ha luchado los últimos años, le han cambiado un ápice. María Jiménez sigue siendo todo un prodigio de la naturaleza. Ayer recibió un importante homenaje a su carrera y cantó, bailó y rió, agradecida por disfrutar de un momento tan importante para ella.
María lleva desde hace años alejada de los escenarios. En 2013 se le diagnosticó cáncer de mama y, desde entonces, ha estado recuperándose de la enfermedad. Además, este periodo ha coincidido con la decisión que María tomó de alejarse del foco mediático, y centrarse en su familia. Este homenaje, recibido en la ciudad de Sevilla, nos la ha devuelto en su máximo esplendor. Y tan ilusionada estaba por este reconocimiento a su trayectoria, en el que también quiso estar Chiquetete, que se terminó arrancando a cantar, poniendo a todos los asistentes la piel de gallina. Su talento tampoco ha cambiado un ápice.
María, a sus 67 años, disfruta de una de las mayores alegrías de su vida: su nieta, Julia, que vino al mundo unos meses atrás. La noticia del embarazo llenó a la artista de gozo y así se lo contó a la prensa: "Voy a ser abuela, estoy como loca de contenta, lo estoy deseando como agua de mayo", adelantaba un año atrás. La artista, ahora tiene que repartir sus días entre su adorado Cádiz, vive en Chiclana, y Toledo, donde están instalados su hijo, Alejandro, y la pareja de este, Dánae. Por lo que a la abuela le toca estar con la maleta hecha si lo que desea es pasar tiempo con el miembro más joven de la familia.