Nacho, el menor de cinco hermanos, siempre fue un crío muy conflictivo: lo expulsaron del colegio cada dos por tres por pegarse con niños y profesores, según relata en su biografía, escrita por el periodista David Barba.
Con 14 años se escapó de su casa y se fue a Barcelona. En la capital catalana, siendo aún un adolescente, se inició en el mundo de las drogas, perdió la virginidad no sabe muy bien con quién, y pasó a formar parte del submundo de la Barcelona vieja, donde proxenetas, chaperos y prostitutas campaban a sus anchas. “Me convertí en un consumidor habitual de todo tipo de drogas”, explicó. Según Nacho Vidal, aquella fue una época en la que la inconsciencia dominó todas sus acciones. “No sé cómo he podido seguir vivo después de aquello”.
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