Seis añitos cumple el príncipe Louis este próximo 23 de abril y, al igual que en años anteriores, su orgullosa madre, Kate Middleton, intentará que esa jornada sea lo más especial posible para él, siguiendo una tierna tradición. Es probable que, después de dar un beso de buenas noches a sus tres retoños (el príncipe George, de diez años, la princesa Charlotte, de 9, y el propio Louis), la princesa de Gales dé un respiro a sus criados para meterse un rato en la cocina, donde se pondría a hornear y decorar un pastel de cumpleaños para celebrar la ocasión.
Ya en 2019, Kate apareció en 'A Berry Royal Christmas', el especial navideño del programa de cocina de Mary Berry, revelando que era aficionada a preparar las tartas de cumpleaños de sus hijos desde cero. "Se ha convertido en una especie de tradición lo de quedarme despierta hasta medianoche con cantidades ridículas de mezcla para tartas y glaseado y que me salga demasiado. Pero me encanta", dijo la princesa consorte, que seguramente seguirá mejorando sus habilidades de pastelería en los días siguientes, pues el noveno cumpleaños de su hija Charlotte está también a la vuelta de la esquina (el 2 de mayo).
Según comentó la corresponsal de la realeza Danielle Stacey a la revista Hello: "La prioridad número uno de la princesa de Gales han sido siempre sus hijos desde que se convirtió en madre. Ella ha estado apoyando a George, Charlotte y Louis en todos sus hitos importantes, incluyendo los primeros grandes exámenes de George el año pasado. A lo largo de los años, hemos visto a la Princesa tomar algunos retratos increíblemente divertidos y juguetones de sus hijos y hornear sus tartas de cumpleaños, así que es probable que sienta que es importante mantener esas tradiciones para mantener una sensación de normalidad".
Tiempos complicados
Otra tradición de cumpleaños consiste en hacer nuevos retratos de los pequeños de la casa y compartirlos luego con el público. La princesa de Gales, que se ha definido a sí misma como una "entusiasta fotógrafa aficionada", se ha puesto muchas veces detrás de la cámara para realizar todas esas instantáneas de sus hijos que la gente conoce. Aunque su hobby también le ha jugado malas pasadas, como cuando recientemente envió a los medios una instantánea, en la que aparecía posando sonriente junto a sus hijos, con el objetivo de acallar los rumores sobre su salud, y al poco se supo que ella la había retocado en Photoshop —esto empujó a las agencias de comunicación más importantes a retirarla de sus servidores y hundió a la familia real británica en una especie de crisis de credibilidad—.
En cualquier caso, las próximas celebraciones familiares ayudarán a levantar el ánimo de una mujer que hace solo unas semanas publicó una grabación en sus redes sociales en la que confesaba que padece cáncer, una enfermedad que le fue detectada tras la cirugía abdominal a la que se sometió a principios de año, y que se está sometiendo a "quimioterapia preventiva". En el vídeo, la princesa decía que el diagnóstico supuso un "enorme shock" para ella y su marido, y que ambos se habían tomado su tiempo para explicarles todo a sus tres hijos de una forma "adecuada" a su edad.
"Han sido un par de meses increíblemente duros para toda la familia, pero he tenido un equipo médico fantástico que me ha cuidado mucho, por lo que estoy muy agradecida", confesó Kate, quien también mencionó que el príncipe Guillermo, con quien lleva casada desde 2011, está siendo para ella "una gran fuente de consuelo y tranquilidad". En la misma línea, un amigo del matrimonio declaró recientemente que "se trata de apoyarla y de que ella se sienta apoyada. Es un esfuerzo conjunto. Ella no se siente aislada en absoluto".
Fuerte presión
En estos momentos, Kate mantiene un perfil bajo mientras que su marido, que hasta hace muy poco estaba totalmente centrado en proteger a su familia, acaba de retomar su agenda oficial. Queda por verse si Guillermo es capaz de estar a la altura de las circunstancias, sabiendo hacer frente a la presión mediática y las críticas a la falta de transparencia de los Windsor, o si bien, como algunos insinúan últimamente, termina renunciando a ser heredero de la corona británica para ejercer de esposo y padre a tiempo completo.