El cáncer de Kate Middleton (42 años) provocó en todo el mundo un gran desconsuelo. Tras meses de polémicas y controversias (incluidas los rumores de infidelidad con Rose Hanbury), la princesa de Gales se vio obligada a comunicar la enfermedad que la había retirado de sus deberes reales. Sin duda una noticia que dejó a todos en shock poco después de que Carlos III hubiera anunciado la misma dolencia pocas semanas antes.
En medio de toda esta complicada situación familiar y dejando de lado lo obvio (que es que quién más está sufriendo es la propia enferma), el príncipe Guillermo ha sufrido un revés muy doloroso. Su padre y su mujer están enfermos de cáncer y él se ha tenido que enfrentar a un complicado momento en el que ha dado un paso al frente en la Corona británica a la vez que cuida de Kate y sus tres hijos. Concentrado en su familia, el futuro heredero al trono no pasa tampoco por su mejor etapa. ¿En quién se apoya?
Según ha revelado un amigo de la familia a 'People', el príncipe de Gales "no se apoya en muchas personas". Y es que Guillermo está intentando que nada pierda el equilibro mientras él es el apoyo emocional para su mujer y para George, Charlotte y Louis, por lo que está llevando todo el asunto de manera muy privada. "Ya seas un príncipe o un pobre, nadie esperaría algo así con tu padre y tu esposa recibiendo tratamiento contra el cáncer. El duque de Cambridge está en un agujero", explican en el citado medio, donde dejan caer que el hermano de Harry podría apoyarse alguna vez en su familia política, Carole y Michael Middleton y sus cuñados Pippa y James.
"Me imagino que se está apoyando mucho en ellos", expresan. Con "vibraciones positivas" y un "estado de ánimo optimista", la fuente cercana a la familia real británica tiene muy claro que "para Guillermo todo depende del bienestar de Kate". De hecho, Lecturas se puso en contacto con Elena Daprá, psicóloga, para ver cómo todo esto le estaba afectando. " El estrés que presuntamente sufre no parece ser crónico sino agudo y perteneciente a una situación concreta, que es la que está viviendo ahora mismo. No obstante no se puede asegurar hasta que él mismo lo manifieste", nos dijo la experta en salud mental.
Guillermo vuelve a sonreír
Si hay algo que puede indicar que el tratamiento de Kate va viento en popa es que Guillermo, que se retiró unas semanas de los asuntos reales para estar al lado de su mujer, es que regresó a sus deberes. De hecho, el hijo de Carlos III ha retomado paulatinamente su agenda y ahora ha dado un nuevo paso al frente hace unos días que hace pensar que la salud de Middleton está mejorando notablemente.
Planeando sumar todavía más eventos a su agenda, Guillermo ha acudido al ducado de Cornualles que se construirá en la ciudad de Nansleden para conocer el primer proyecto de viviendas para personas sin hogar. Pero no solo eso, este viernes 10 de mayo pondrá rumbo a las islas de Scilly, donde visitará el puerto de Saint Mary y uno de los hospitales. ¿Qué significa esto? Que por primera vez desde que se anunciara el cáncer de Kate eel príncipe pasará una noche fuera de Adelaide Cottage. No dormirá en Windsor, aunque seguro que estará en continuo contacto con su mujer.
Desde luego esta cita ha marcado un antes y un después en su estado de ánimo. Y es que en las fotografías publicadas puede verse a un Guillermo que vuelve a sonreír. Con gafas de sol (suponemos que para ocultar su cansancio), el heredero al trono de Reino Unido se ha mostrado muy dicharachero mientras le mostraban los primeros auxilios de los socorristas de la playa Fistral. Una de las más importantes.
Tan contento ha estado Guillermo en esta salida a la playa (además le ha hecho un tiempo buenísimo), que incluso ha reconocido que ha violado una regla real en su visita. y es que el marido de Kate ha reconocido que estaba "desesperado por ponerse el traje de neopreno y salir al océano", por lo que se quedó con las ganas porque estaba cumpliendo funciones oficiales. Pero no solo eso, la felicidad le ha embriagado y ha roto una de las normas de la familia real alegrando el día a un niño. Y es que el futuro rey ha firmado en secreto su escayola: "Shhh, no se lo digas a nadie. ¡No debo hacer eso!", ha dicho el marido de Kate a Phoenix Kanes, de nueve años, que no ha dudado ni un solo segundo en parar descaradamente al hijo de Carlos III para preguntarle si era tan amable de dejarle su firma como recuerdo.