El broncazo entre Isa Pantoja y Alberto Isla en el convite del bautizo

La pareja trató de engañar a los periodistas enviándolos a otro lugar

El bautizo de Alberto Isla Pantoja acabó como el rosario de la aurora. Una bronca descomunal entre los padres del niño, las grandes ausencias de la abuela Isabel Pantoja y del tío Kiko Rivera, el engaño del lugar del banquete para despistar a los periodistas... en definitiva, un sinfín de despropósitos de los que únicamente pareció desmarcarse Anabel Pantoja, que se lo pasó en grande cantando y bailando en la carretera que da acceso al restaurante.

El día comenzó con un ambiente un tanto enrarecido, ya que Isa Pantoja y Alberto Isla llegaron a la iglesia de San Nicolás, en Sanlúcar de Barrameda, cada uno por su lado y sin el niño. Albertito, de cuatro años, llegó con su abuela paterna, María, y su hermano Alejandro Isla, nacido de la relación de Alberto Isla y Estefanía Fernández. Hasta el pequeño Albertito notó que algo raro pasaba y, de entrada, se puso muy nervioso cuando vio el enorme revuelto de cámaras y fotógrafos que se había formado a su alrededor. Una periodista le preguntó si estaba nervioso y respondió que sí con la cabeza. Cuando la periodista quiso acariciarle la cara, Albertito le dio un manotazo. Nervioso, sí. Y solo tiene cuatro añitos.

Claro que la anécdota de la ceremonia religiosa la puso, cómo no, Albertito, que a su edad ya sabe lo que le gusta y lo que no. Lo explicó Chelo García Cortés en 'Sábado Deluxe'. "Cuando el sacerdote estaba bautizándole, el niño le dijo: ¡Tonto, tonto, no me mojes el pelo!". Todo un carácter el de Albertito.

La bronca, sin embargo, llegó en el banquete. Los periodistas no pudieron recoger la entrada de los invitados porque Isa y Alberto les dieron otra dirección, falsa, para despistarlos. Pero no solo despistaron a los periodistas, también engañaron a Irene Rosales, que no era conocedora del cambio de restaurante y nadie la avisó. Al final, tuvo que llamar para que le dieran la dirección correcta. Esta situación incomodó mucho a Irene, quien prefirió irse antes de la fiesta. Al final, se supo que estaban celebrando el bautizo en el Cortijo Montana, en Jerez de la Frontera, un asador campero especializado en bodas, bautizos y comuniones. Allí, Isa y Alberto no se dirigieron prácticamente la palabra y Alberto, según parece, estuvo más entretenido charlando con una de las invitadas. Isa se enfadó tanto que abandonó el establecimiento antes de hora.