Anabel Pantoja (31) está atravesando uno de los momentos más amargos de su vida. Hace unos días supimos que Bernardo Pantoja (63), hermano de Isabel y padre de Anabel, ingresó para ser sometido este pasado lunes a una delicada operación quirúrgica, como consecuencia de su diabetes, en la que se le tuvo que amputar un pie. Pero no es la única piedra en el camino con la que la sobrina de la tonadillera se ha encontrado en las últimas semanas. Apenas días antes de poner rumbo a Ibiza con el clan Pantoja al completo, Juanlu Viñolo, su novio desde hace cuatro años, decidía poner punto final a su relación con ella.
Ella sigue enamorada
Las constantes pruebas de amor a través de las redes sociales por parte de la prima de Kiko hacia su adorado ‘Fleky’ no era simple ‘postureo’. Fuentes cercanas a la pareja afirman que Anabel sigue enamorada de él, lo quiere, pero el sevillano, militar de profesión, ha tomado una firme decisión que se presume rotunda y absoluta, una determinación sin vuelta atrás que, según hemos podido saber, ha dejado a Anabel fuera de juego y rota de dolor, teniendo en cuenta además, la difícil situación personal que vive el núcleo familiar en estos días a consecuencia del delicado estado de salud en el que se encuentra su padre.
Ruptura irreversible
La sobrina de Isabel no da crédito ante la actitud del que ha sido su amigo toda la vida y su novio en los últimos años, pero el desgaste y las constantes crisis que sin éxito han intentado superar han desembocado en una ruptura irreversible y que tumba los rumores de boda a los que apuntaban algunos medios. Muy activa en las redes sociales y con más de 400.000 seguidores en Instagram, la prima de Isa Pantoja compartió sus dos mayores preocupaciones: una imagen del Jesús del Gran Poder –a escasas horas de la complicada operación de su padre– y una instantánea con un texto que aludía directamente a su situación con Juanlu y que horas más tarde terminó por borrar de las redes: “Fluir es dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va…”. Está claro que a Anabel le ha tocado ahora dejar ir.